domingo, 15 de mayo de 2016

Qué e Galicia para min?

Esta entrada es el final... El final de toda una gran aventura que comenzó el 15 de septiembre de 2015 y termina hoy, 15 de mayo de 2016. ¿Coincidencia? NINGUNA (bueno sí, un poco). 

Hoy hace exactamente ocho meses que inicié esta etapa que para mí era nueva, y la que cierro hoy con la satisfacción de un deber cumplido, y el buen sabor de boca que deja esta tierra sobre mi vida. Y es que hay muchas maneras de definir Galícia y sus gentes, cada uno tiene la suya particular. Para unos simplemente puede ser hierba verde, para otros lo primero más vacas, para otros tantos eso más un puerto y los meandros de un río, pues es lo que ve desde su ventana y lo que está a unos cuantos paseos de su vivienda.

Pero eso es porque no son yo, ni yo puedo ser ellos. Porque Galicia para mí es otra historia bien distinta. Esta tierra, a la que le tengo un gran cariño ya, supo acogerme con los brazos abiertos y supo darme la bienvenida que necesitaba para sanar todos mis huesos de las contusiones de un pasado incierto, indeciso, fantasmal.

Aquí me hice adulto, aquí aprendí la adultez, aquí me di cuenta de que era verdaderamente lo importante, que lo relativo y que lo urgente. Pude divisar claramente mi futuro, para el cual solo quería la tranquilidad y el pensar continuo, quien sabe, quizá desde mi pequeña cabaña más al norte de donde me encuentro ahora mismo redactando esta entrada.




Me acuerdo de mis expectativas al venir aquí, y es echar la vista atrás y comprobar como, con el tiempo, una tras otra se han visto cumplidas. Espero que los cielos te mantengan, tierra mía, y que los verdes pastos, los altos helechos y las lluvias constantes no se extingan, y siempre puedas salir de verde esperanza, engalanada, cubierta de gloria, tierra de mártires y de labregos, tierra de exilio, tierra de rabia, y tierra de ideas.

¡Hasta siempre Galicia! Te llevo en el alma, como el primer día. 

lunes, 2 de mayo de 2016

Galicia en un nuevo mundo.

¿Cómo sería Galicia en un mundo nuevo? Es esa pregunta la que siempre, todos los días, de manera constante rodea mi cabeza, desde que decidí trasladarme a vivir aquí, hace ya casi un año. Repiquetea mi interior de manera persistente, en ocasiones, sin saber yo darle una respuesta.

Cada vez que atraviesan la frontera de mis oídos ciertos comentarios, me doy cuenta de que, aunque no sea imposible, ese nuevo mundo aún está muy lejos. Esta pequeña península, rodeada del cruce de un inmenso océano y un mar chico, a la que apenas se alcanza a apreciar en altitud espacial, es a ella a la cual le he cogido aprecio, y a las cosas a las cuales me encariño, suelo preocuparme por ellas, puede que incluso más de lo que se preocupan, o demuestran preocuparse las personas que he conocido, aunque, como siempre, eso es solo mi punto de vista, el de un puntito más entre cientos de miles.

Me duele tanto ver pueblos de estas tierras abandonados porque sus gentes no veían allí esperanzas de continuar con sus vidas, tuvieron que emigrar, y algunos hasta perder su identidad. Y mientras, el resto lo que hace es discutir sobre las condiciones actuales del gallego. Y es ahí cuando me hago otra pregunta; ¿Y si el gallego desaparece por que no quede nadie para hablarlo? Porque hartos de la desidia y de la indiferencia, se marchen todos de su tierra y no quede ni uno para cultivarlo. No miréis con extrañeza, se puede dar el caso, conforme van las cosas, se puede dar cualquier caso.

Jóvenes estragados por los peculiares métodos de normalización de una Institución regida precisamente por gente a quien Galicia le importa tres grelos. Solo se preocupan de ellos mismos, su ego es tan exacerbado que desestiman las preocupaciones de los demás. En una educación que bien podría quitarse ese nombre y llamarse adoctrinamiento, pues es el verdadero objeto de sus esfuerzos. Esfuerzos para que no pensemos, no discernamos. Esfuerzos para incalcar el oprimir al que antes fue el opresor, amparándose en argumentos que se vienen abajo por su propio peso.

Manipulan las mentes mas nacientes para que decidan a su corta edad entre bien y mal, eso sí, siempre bajo la estipulación del tutor. Si has nacido en Galicia, mala suerte, por h o por b deberás defenderla a muerte, porque sino vendrán las águilas y te raptarán para depositarte en la cuna del Valle de los Caídos, fascista. 

No estoy en contra de que cada persona defienda su tierra a la cual siente apego. Lo que estoy en contra es que se utilice a las mentes más inocentes como carnada para secundar designios en el fondo, profundamente egoístas. No estoy en contra de que ejerzas tus derechos mientras estos no pisoteen los míos. Es por ello, que me ampararé en la razón que no ser oriundo de esta tierra me permite, ya que los juicios del corazón en estas cuestiones son siempre errados. Es instintivo defender el terruño donde se nace, todos los animales lo hacen. Ahora, lo instintivo no siempre es lo racional

Lo racional sería tomar la moneda y darle la vuelta, para comprobar que siempre existe una cara más fea que la que solemos ver, o la que nos suelen mostrar. Colocan sobre nuestras mentes un pensamiento ya formado, mirando mal a cualquiera que tome partido en una opción que se salga de su estrecho espectro de pensamiento, ya prefabricado con anterioridad.

Que caigamos prestos en las redes de los que juramos que son nuestros enemigos, es para mear y no echar gota. Me perdonaréis estas ávidas lanzas que he propulsado en contra de lo que me parece algo carente de razón, puede que lo vea de esa manera dadas mis circunstancias. Yo, como el pirata de Espronceda no tengo Dios, ni Patria. El nacer al otro lado del Atlántico y mudarme aquí sin tener conocimiento de causa, y sobre todo haber cobrado ese conocimiento y darme cuenta de lo absurdo de los conflictos nacionalistas me ha llevado a esa conclusión de que por sí, son absurdos.

Lo único que hace el decir "orgulloso de ser" seguido de cualquiera de los gentilicios, es hacer daño. Primero, al ego de los que se sienten identificados de ser todo lo contrario. Segundo, al nuestro propio, y tercero, a la tierra a la que decimos que estamos orgullosos de pertenecer. ¿Vosotros veis a las hayas compitiendo por ver cual de las dos es más gallega? ¿O lobos que se pelean con otros lobos por no pensar como ellos? Claro, porque los lobos no piensan, pero nosotros sí, por lo que discutir por nuestra forma de pensar es algo, si cabe, más irracional que el caso de los animales.

Una ardilla podrá defender su árbol, que es el rinconcito donde vive y se refugia de la lluvia. Pero las ardillas nunca defenderán grandes territorios. Nuestro delito, es que a sabiendas de que existe más mundo fuera, queremos reducirlo todo a un pequeño promontorio de unos cuantos miles de kilómetros, pero nosotros mismos les dibujamos límites.

Es eso lo que nos hace inferiores a los animales. ¿Y si Galicia ocupara todo el mundo? ¿Y si la cultura gallega se mezclara con las otras culturas, no para perderse sino para salir más reforzada? Se dice que la endogamia es una de las principales causas por las que se extinguieron los neandertales, bien pues yo digo, será esta endogamia cultural que algunos, cada vez más por desgracia, mantienen, lo que poco a poco irá sepultando esa Galicia "que tanto aman".

Podríamos tener una mente tan abierta como para reconocernos como habitantes del mundo, y a la vez arraigarnos al sitio que nos vio nacer. Podríamos pensar que los límites no son los geográficos, sino hasta donde nuestra imaginación alcance, Podrían desaparecer las divisiones territoriales, étnicas, religiosas o políticas que nos impiden crecer como personas. Podríamos ser una gran comunidad, por fin civilizada, que sueña con mejorar aún más, hasta que por fin podamos entender el miedo que los antíguos dioses tenían ante nuestra unión. 

Podríamos, como podemos hacer todo lo que nos propongamos. Pero claro, es más facil circular por el mismo camino cómodo y relajado por el que marcha el resto del redil, que atreverse a escalar pedregosos montes, trabajando todos en común para pulirlos, hasta conseguir al final ese mundo ideal con el que muchos antes de mi, antes de nosotros, han soñado. 

El paraíso que tenéis ante vosotros, disfrutadlo solamente porque es paraíso. No le pongáis una banderita ni le fabriquéis un himno, pues los bosques, los ríos y los animales no lo necesitan. Sed vosotros mismos, sed lo que queráis ser, y da igual si sois gallegos que zamoranos que catalanes que zulues, sed libres de esos modelos de opresión a los que llaman naciones


domingo, 17 de abril de 2016

REVOLUCIÓN HUMANA II: Volver a Nacer.

A veces, pareciera que nos tienen entretenidos, tanto, que no somos conscientes del camino que estamos tomando, ni siquiera, de nuestras propias acciones.

Es por ello que hoy he venido con esta segunda y última entrada de esta bilogía, de esta pequeña saga, serie, o como queráis llamarle, donde en un tono más reflexivo e introspectivo, no paro de hacer predicciones. Predicciones sobre nuestro futuro, pues nuestro presente nos está marcando un futuro nada esperanzador. Que despertaremos muchos, que despertarán muchos de su letargo para iniciar una Revolución que traiga la igualdad y la fraternidad a un pueblo que aún comulga con ruedas de molino, sí, que lo haremos a tiempo, de eso nadie puede estar seguro.

Lo cierto es que el tiempo juega a dos bandas. Lo hace a nuestro favor porque a cada día que pasa, cientos de personas cobran conciencia y se dan cuenta de que clase de farsa les han construido en la cabeza, de que hay más mundo fuera de los límites que le dibujaron en su cabeza, y que, por lo tanto, hay más posibilidades aparte de un sistema servil, esclavista y explotador al que nos tienen acostumbrados.

Pero también juega en nuestra contra. Cada minuto que pasa las campanas de la desidia suenan un palmo más cerca de nuestras narices. Cada segundo, probablemente mientras esté haciendo esta entrada ya estarán reunidos en sus sociedades secretas planeando como jodernos a todos, con perdón, la vida de manera más extasiada, apretarnos las tuercas para que una revolución sea cada vez más dificil, y no lo digo por ellos, lo digo por nosotros, que parece que no aprendemos de la historia.





Dijo Napoleón Bonaparte una vez: "¡Ay de aquel pueblo que olvida su pasado porque está condenado a repetirlo!" y sin duda, podría esta ser una de las frases más certeras que alguna mente prodigiosa habrá pronunciado a lo largo de la historia. Y es que es así, así de sencillo y así de cruel, Es por ello que tenemos la obligación, la impetuosa necesidad de despertar, de informarnos, de cuestionar, de aprender, porque ese queridos amigos, es el único camino que tenemos para redimirnos y comenzar a vivir con la dignidad que nos merecemos, esa dignidad que nos han quitado sin que nos percatemos.

domingo, 10 de abril de 2016

Revolución Humana: El triunfo de un sueño.

¿Os imagináis un futuro diferente? ¿Un futuro en el que por primera vez podamos decidir nuestra senda, nuestro camino? ¿Donde la justicia sea justa, y donde la equidad reine? No creo que sea una utopía, ni mucho menos, es más, creo en ello, en que algún día sabremos como hacer que este Sistema que ahora nos oprime se torne a nuestro favor.

Los sueños no son imposibles, de hecho, muchos de ellos se han cumplido. Si te paras a pensarlo por un momento, tu vives en un sueño, el de muchos de los primeros liberales, de los cambistas, y de los fundadores del movimiento "Iluminati", ya que ellos soñaban con tener una sociedad en la que el libre mercado dominara a los gobiernos, supeditarlo todo a la voluntad de la moneda. Y han tardado más de un siglo en hacerlo realidad, pero lo han hecho, han conseguido que ahora mismo seamos nosotros, como lo hemos sido siempre, la mayoría, los oprimidos, ya que como dijo Marx, la historia humana es una constante lucha de clases.



Eso es lo que os invito a hacer con este vídeo, a soñar. A soñar con que, algún día no muy lejano, alguien nos ayudará a abrir los ojos y a ver la cruda realidad tal cual es, a saber contra quienes o que oscuros poderes nos estamos encontrando, para así saber como combatirlos.

Para finalizar, he de decir que aunque salgan clips de Podemos y Pablo Iglesias, ello no quiere decir que Podemos se identifique con esa "Coalición Humana" a la que yo me refiero. Concibo esa Coalición como algo muy distinto a Podemos, pese a que tengan nexos de unión. En fin, no me voy a dedicar a comentar mis diferencias ideológicas con Podemos, ya que de lo que se trata es que quieren, o al menos eso dicen, cambiar el Sistema en muchos de sus aspectos, y cualquier cambio que tire hacia delante contará con mi apoyo, por muchas cosas con las que difiera de la organización que lo predique.

Me encantaría que cuando estuvierais viendo el vídeo, creyerais dentro de lo más profundo de vuestra alma en esa realidad, en que ya es una realidad, y en que vosotros sois más poderosos de lo que imagináis...

lunes, 28 de marzo de 2016

¿Quién sabe dónde?

¿Arte de magia? ¿Azar? ¿Lugar y momento equivocados? El misterio persiste, el origen se desconoce. Pero ahí está. Es evidente que se han difuminado como la bruma del viento, como el sol derrite la nieve, como la lluvia de primavera. Las desapariciones van en aumento, año tras año la cifra sube, y las comandancias de Policía registran nuevos casos de personas a las que misteriosamente no se les vuelve a ver. Salen un día de sus casas, de sus trabajos, de cualquier sitio, y pareciera que en un momento la tierra abriera su boca y se los tragara...

Nadie les vuelve a ver, nadie, nadie, nadie. Y lo más curioso de todo, es que mires por donde mires siempre ves dolor. ¿Es este un mundo justo? ¿Es un mundo bueno? No. En un mundo bueno no deben de haber este tipo de casos, no debería existir ni siquiera la palabra ""desaparecido". Solo con escucharla se te eriza el cabello y las pupilas se te anchan, al menos a mi me sucede, un escalofrío recorre mi espalda, al tiempo que mi corazón compungido me hace preguntarme, ¿Quién sabe dónde?


Así se llamaba un programa de televisión que se mantuvo en antena desde 1992 y 1998, y que fue retirado rápidamente de la televisión con el ascenso al poder del flamante Presidente del Gobierno Jose María Aznar, y altos cargos ejecutivos, es decir, presiones políticas.

Es extraño que les incomodara tantísimo un programa televisivo que cumplía una función social tan importante, como es la de devolver a sus casas, o, por lo menos encontrar los cuerpos, de las personas desaparecidas, e intentar dar una explicación racional a estos sucesos. Es curioso que muchas voces hayan querido acallar programas como este, pareciendo que los políticos tuvieran intereses en no permitir bajo ningún concepto la emisión de este tipo de programas, pues a diferencia de los magazines televisivos actuales, el cometido de estos programas investigativos, es esclarecer estos sucesos oscuros, y ya hemos visto con los casos de corrupción que afectan a los políticos, como son éstos enemigos de lo claro, especialmente si pueden salir involucrados en algo turbio, como ha sucedido con el caso "bar España".

El panorama en España es desolador. Pero si acortamos distancias es mas desolador si cabe. Si nos centramos en una pequeña comunidad autónoma situada en el extremo noreste peninsular, donde nadie mira sino es para dar morbo a este tipo de casos, es aún todo más indignante. 

Galicia no es que sea de las Comunidades Autónomas más grandes en número de habitantes, pero curiosamente es de las que más desapariciones registra anualmente. Pareciera como si esas antiguas leyendas de lobos, de brujas, y de bosques encantados que poblaban la Galícia de "los séculos oscuros" no hubiera muerto, como si algo se escondiera entre sus bosques de eucaliptos o sus extensas praderas, algo oscuro y malvado.

Voy a centrarme exclusivamente en dos de los muchos casos de desapariciones que hay, pues curiosamente se da muy poca información acerca de los mismos, pareciera que apenas se investigaran, pareciera que se mirara de manera superficial, cuando estamos hartos de oír en la televisión casos como el de Marta del Castillo o el crimen de Asunta, como si cogieran casos al azar y les dieran un gran protagonismo mediático, cuando casos como los que voy a mencionar apenas salen en prensa escrita, y solo se encuentra un artículo o dos como mucho. Mientras se preocupan en calcular las tasas de violencia de género, no se preocupan en informar sobre las tasas mensuales de desaparecidos, quizá porque en lo primero nadie tiene intereses, mientras que en lo segundo, sí.

Tanto el primer caso como el segundo seguramente sean conocidos por muchísima gente, ya que ambos son de Ferrol, y de ambos se ha hablado estos últimos meses, especialmente del segundo, por ser más reciente. Ya digo que la información que he encontrado no es mucha, así que si quiero ceñirme a los hechos. la verdad no tengo muchos, por lo que voy a introducir una gran carga especulativa, pues es mediante la especulación por la que se han resuelto bastantes casos que se creían imposibles.


El caso de la desaparición de este hombre hace ya casi 4 años es, totalmente un enigma. El día 20/11/2012 se le pierde el rastro en todo Ferrol, tras haber sido visto por una vecina salir de su casa de Carranza con una mochila al hombro. De manera extraña deja su documentación y su dinero en casa. Y es aquí donde me empiezan a surgir las dudas. ¿Quién de nosotros dejaría en casa su dinero y su documentación si es consciente de que va a salir lejos de su casa y que puede que llegue a necesitar dinero? Teniendo en cuenta, que, además se desplazaba a pié, el hecho es aún más intrigante.

Con este pobre hombre ha sucedido como con casi todos los casos de desapariciones en este país. La primera semana se hace una "búsqueda exhaustiva", pero a partir de la segunda o tercera semana las fuerzas de seguridad pierden el interés y comienzan a retirar los efectivos de búsqueda de la zona. Estoy más que convencido de que si se tratara de algún político o empresario influyente no habrían descansado hasta haber dado con su paradero, pero como éste era un "don nadie", pues nada, a prolongar el martirio de una familia adolorida por este suceso tan conmovedor.

Hay voces que sitúan a Pedro por última vez en los alrededores del centro comercial de Odeón, pues según la Policía fue ahí donde recibiría su última llamada, la de uno de sus amigos, para hablar de "un tema de discos", por lo que probablemente se dedicara a la música. Y yo que me pregunto, estos móviles de ahora que conocen nuestra ubicación en todo momento con nuestro permiso o sin él, ¿no se podría partir de ahí para hallar la última ubicación que registró el aparato antes de dejar de funcionar? Pero bueno, es lo que dije antes, si fuera una persona "importante" habrían movilizado todos los hilos y ofrecido cuantiosas cantidades de dinero por cualquier pista que se ofreciese sobre él, pero claro, nosotros no importamos a nadie...


BRAIS BOGO

Este caso es extremadamente reciente, por lo cual aún está en plena efervescencia, la policía no da abasto en sus pesquisas, y los vecinos y amigos de Ferrol y Santiago se han implicado de manera directa en su búsqueda.

Si os ha parecido inquietante la desaparición de Pedro Yánez, este caso ya es de película de suspense de esas que ponen en Antena 3 los fines de semana. Bien podría haber sido el argumento también de una novela policiaca como las de Agatha Christie, pero no, es de la vida real.

Este joven ferrolano fue visto por última vez en los alrededores del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia, el 18 de marzo, es decir, hace justo hoy, 28 de marzo, diez días. Según el testimonio de sus círculos cercanos habría sido visto por última vez a las ocho de la tarde, por lo que debería haber llegado a su casa sobre las 9. El caso es que nadie confirma que haya ingresado a ese domicilio, ni mucho menos, que haya salido de él posteriormente.

Lo más curioso, y que esta vez si inquieta a la policía, es que todos sus documentos personales, y su dinero se encuentren en su casa, pues como ya manifesté anteriormente, serían muy poquitas las personas que al saber que van a distanciarse de casa por un tiempo no tomaran sus documentos personales y algo de dinero, aunque sea llevarse sus tarjetas, algo que al parecer tampoco hizo. Otro hecho desconcertante es que su móvil desde ese viernes se encuentra inactivo, como si algo o alguien lo hubiera inutilizado.

En países de Iberoamérica, Asia o África, una gran parte de desaparecidos tienen como fin la explotación sexual, económica, o incluso algo mucho peor, el comercio de órganos en el mercado negro, dado su elevado precio y la cantidad de personas dispuestas a comprarlos. Lo digo, porque es muy extraño este caso, y pese a la esperanza que sostiene la familia, es evidente que algo ha sucedido para que este joven de 24 años desaparezca sin una sola persona que pueda decir a ciencia cierta donde se encontraba.

Me gustaría que toda persona que leyera esto, aparte del morbo y la intriga que algunos pudieran manifestar por el paradero de éstas, y más personas como éstas por el compendio peninsular, se planteara la facilidad con la que desaparecen las personas en el "Primer mundo", que ya no hablamos de Marruecos, África o Asia, hablamos de un país europeo, y supuestamente en mejor lugar que todos los dichos anteriormente. ¿A cuantas personas indeseables o molestas han podido quitarse de encima fácilmente borrando su rastro de la faz de la tierra? Todo esto sin hablar de la cantidad de desaparecidos en fechas cercanas al Halloween, muchos de ellos, como el caso de las niñas de Alcasser, para la realización de rituales satánicos en los que participan muchos altos cargos, gente que, se supone que debería estar ahí para protegernos y no para secuestrar a nuestros hijos (o a nosotros mismos) y sacrificarlos en honor al diablo, al dios mammón o a cualesquiera entidades demoníacas.

¿Qué podemos esperar de un país que hace lo que sea para no esclarecer los repetidos casos de desapariciones durante el franquismo? Unas instituciones, de sobra por todos conocido, corrompidas, alejadas del fin para el que supuestamente fueron creadas, y unas personas, a las que sus familias lloran sin saber nada de ellas, viendo como todas las "manos amigas" se van retirando poco a poco, mientras sus seres queridos se pudren en una cuneta, una fosa común, son retenidos contra su voluntad, o simplemente han sido vendidos a redes criminales internacionales con el beneplácito y auspicio de muchos que ahora nos están gobernando, y a quienes ignorantes de nosotros hemos elegido. A mi, al menos, me queda la conciencia tranquila, de saber que he intentado denunciar los cientos de desapariciones que se registran cada día, de muchas personas que un curioso día abandonan sus casas para no volver nunca más. ¿Quién sabe dónde estarán y quién sabe qué les habrá acontecido?

Solo el tiempo es capaz de juzgarlo todo, solo él me dará la razón o quitará criterio a mis palabras, solo el tiempo nos permitirá desenmascarar de una vez por todas las atrocidades de un régimen que se esconde bajo el telón de democracia, mientras todas las evidencias apuntan a que democracia, hay más bien poca...

Este artículo es un pequeño tributo a todas esas familias que han perdido a seres queridos en extrañas circunstancias, y que aún se preguntan por su hijo, su padre, su abuela, su nieto, su sobrino, su tío... ¿Quién sabe dónde?

lunes, 21 de marzo de 2016

DIGNIDAD: El mayor crimen de nuestro tiempo.

En ocasiones, me embarga la duda. Una duda tremenda y existencial que empieza por la simple y repetitiva pregunta de "¿Quienes somos en realidad?" Hay veces en las que no lo sé, y me cuesta saberlo. Veo buenas acciones, sí, pero muchas malas hay sin castigo, haciendo que la balanza de mi juicio se desvíe de manera indudable hacia un punto en el que mi mente piensa que no somos coherentes, que quizá nunca hemos sido dignos, ni sepamos siquiera lo que significa ese término.

Somos crueles, crueles con esas personas que brillan justamente por ser lo dignos que a nosotros nos falta. Somos tan crueles que estigmatizamos a esas personas por no pensar como se supone que debiera pensar la mayoría o lo "políticamente correcto" ese, tan dichoso que me parece repulsivo.

Me pidieron que narrara algún crimen sangriento, desdeñado, perpetrado por un enfermo o algún psicópata sin corazón ni sentimientos. Tras mucho buscar, y encontrar algunas cosas, resolví que ninguna de ellas se asemeja al que puede haber sido el peor crimen de todos, el más negro y conmovedor, con la diferencia, de que en este no se derramó una gota de sangre. Se derramaron lágrimas, y sudor, pero sangre ninguna, así que lamento comunicarles que estas palabras no tendrán el aliciente morboso que algunos podrían estar ya recreando. Lo que voy a contar a continuación es una historia de dolor, la más cruel que jamás hayan podido escuchar de boca de nadie. 

Quizá algunos se sorprendan, aunque estoy seguro que la grandisima mayoría sabe perfectamente quien es ese hombre del que ahora ven su foto, con una sonrisa melancólica, e, incluso, irónica, porque es dolor lo que le corroe por dentro en el momento en el que se hizo esa instantánea. Dolor de muy atrás, de 28 años, que ya es añejo. 28 años sin pisar la calle, sin respirar el aire fresco que golpea la cara un día soleado cara al mar, cuyo olor apenas podía apreciar procedente de la única comunicación que tenía con el mundo exterior: Una ventana.

La historia les aseguro que es sobrecogedora. Pero lo es aún más el comprobar la soledad tan grande que debió de haber sentido, al comprobar como ni el Estado ni una gran parte de su familia le apoyaban, que le dejaron solo, que rechazaban su petición, a mi parecer justo. 


¿Alguno se ha visto la película "Cómo ser John Malkovich"? Sí, esa en la que mediante un pasadizo secreto de su oficina, un neoyorquino consigue estar por unos minutos dentro de John Malkovich, un reconocido actor estadounidense. Bien, pues el vídeo que tienen antes de este párrafo es ese pasadizo secreto, que les conducirá no al cuerpo de alguien famoso que demuestre su poder con opulencia, ni a alguien millonario, ni a alguien libertino, no. Ese pasadizo les conducirá al INFIERNO con mayúsculas, ese pasadizo les llevará a ser un hombre de mediana edad, tumbado en una cama, sin poder mover un solo dedo, y con una angustia existencial tremenda. Les llevará a ver su interior desgastado por el paso del tiempo sin volver a sentir el sol en la cara, postrado en esa cama, inútil. Quiere desprenderse de ese peso muerto y volar, pero nadie parece estar con usted. Ha intentado que escuchen su voz, pero los tribunales parece que quisieran que usted se pudra en su propio cuerpo, en su propia soledad.

No le estoy pidiendo un esfuerzo muy grande. Solamente quiero que intente verse en esa situación, la misma que tuvo que sufrir este coruñés hace ya más de quince años. Solo pido eso. No quiero que usted piense como yo, ni mucho menos. Me gustaría que se pusiera en la piel de ese hombre y que resolviera en su interior que hacer, ¿que haría usted?

Porque sí, aunque no lo parezca, el derecho a morir es un delito, y el anhelo de querer hacerlo un crimen para el que lo desea y para las buenas personas que compadecidas de esa situación, le ayuden. A muchos ojos, ese es el peor de los crímenes, comparable a un terrorista que vuela un coche en los alrededores de un colegio o a un violador que acosa a sus víctimas a la salida de los portales. Hasta dónde habremos caído...

Consideramos justo lo injusto e inmoral algo que debería ser un derecho. ¿Es pues este otro de los vestigios de una España aferrada al santo y al verdugo? Una Galicia oscura y medieval, una España en la pobreza espiritual más grande. Otro episodio de la "Galicia Negra", que, como no lleva sangre en sus crónicas, poco a poco se desploma en el pozo del olvido, como una piedra en las profundidades del mar, un mar lleno de banalidades superficiales que brotan como algas arrancadas, ocultando, la sorpresiva belleza de las piedras, allá en el fondo...

sábado, 12 de marzo de 2016

Rococó parisino-coruñés.

Es sábado. Hace frío, pues es invierno de 1941. No es España, tampoco es Madrid, llena ella de cadáveres con la más grande de las águilas rapiñas sentadas en el trono de El Pardo. Se oyen pasos cerca de los campos Elíseos, una pequeña tropa de soldados muy bien arreglados ellos, muy limpios, que va, impolutos. La marcha precipitada de estos soldados cuya indumentaria clarecía el país de la eterna esvástica, aquel que había adherido a su Imperio todo lo que las plantas de sus soldados pisaban. Iba por la parte en la que explicaba el cruce de esos soldados con una pequeña comitiva de gendarmes, si, ¡uy!, eso lo iba a explicar después con más calma. 

Se que poco sentido ha tenido esa pequeña desviación, tranquilos, es lo que más sentido tiene de todo esto. Ambos mandos se tienden la mano, se saludan, se abrazan algunos, se respetan. Que raro pensar se hace que dos bandos contrarios se puedan llegar a respetar. Todo esto contemplado era por una muchacha de pelo ondulado, el cual se enroscaba a la cabeza, ojos de serpiente y rojo carmín en sus labios. Su vestido denotaba elegancia aunque no ostentaba nada, el elemento sustentante de su cuerpo era una pesada gabardina, obviamente, para soportar el frío de las mañanas de París.

Mirando como las musarañas tejían el cielo sobre las nubes (¿o era al revés? Bueno, no importa), iba con paso firme y de cuando en cuando entrecruzado, es decir, con clase, una coruñesa a una audición para protagonizar una película cuyo título no sabría ella (ni nadie) pronunciar correctamente. ¡Ay estos franceses y sus palabros! El caso, es que ella se llevaba la mar de bien con ellos, aunque entendiera poca cosa de su enrevesado vocablo se encontraba estudiándolo, y sí, aunque no es lo mismo oír las grabaciones del tocadiscos que presenciar un diálogo en vivo y en directo, la chica se había repasado toda la gramática la noche anterior, el vocabulario, ¡bah eso no importa!, y aunque importara es lo más sencillo de inventarse.

Justo cuando estaba cerca de pasar por el Arco del Triunfo, contempla aquella escena de los cuerpos de seguridad de ambas potencias, como se saludan, se abrazan. No solo despertó esto a María, todo su cuerpo se paralizó, una lágrima se desprendió de sus mejillas y se tropezó con los tacones, El traspié le propinó un duro golpe de bruces contra el frío asfalto del suelo. La carpeta con los diálogos de la audición, ¡por fin era libre!. Por culpa de la caída, María soltó el bolso por instinto, como todo lo que hacía, por instinto era, el cual cayó a escasos metros de ella.

Suboficial que asistió a María cuando ésta tropezó.
Mierda, he tropezado, ¡si es que no puede haber más baches en el suelo! ¡Cago en sandiole!. ¡En que piensas, María, donde tienes la cabeza!. Calla calla, mejor levántate a recoger los papeles de, ¡la audición! ¡Mierda, mierda, mierda!. No pienses, va, no hables, recógelos calladita y sigue caminando. ¿Pero, por qué carajos estoy tan nerviosa? Están a metros de mí, y seguro que no me han visto. No me he hecho nada. Estoy bien. Me duele el pié. Pero estoy bien, muy bien, tan bien que podría marcarme un cabaret aquí mismo, sino fuera porque hace un frío que pela a estas horas. 

Que habrá dicho mi madre de la oferta que le propuse de ir esta noche al bar ese "Cuattriemme", que estrenan una obra fabulosa, y me apetecía ir. Vale María, no pienses en eso. Recoge. Recoge vamos. ¡Ascuas! ¡Que se está acercando uno! Mierda de zapatos de tacón, como tallan los condenados. ¿Por qué diantres se ha abierto el bolso? ¡Joder! ¡Mi pasaporte español! ¡Ostias que viene!. María, céntrate en recoger el pasaporte, no sea que te pillen y ya la hemos cagado. Ese papel de más lejos también. No puedo tardar nada, que ese hombre me está pisando los talones. Estoy oyendo sus pasos. ¡María joder! ¡Por qué no eres capaz de coger un malnacido pasaporte del suelo! A ver, Re-pú-bli-ca Es-pa-ño-la, Ma-ría Ca-sa-res. ¡Ya lo tengo! ¡Diantres ya esta aquí! Menos mal que apuré a guardarlo todo. Ahora cálmate y respira María, tu di a todo que sí y despachale rápido que vas a llegar tarde a tu primera audición. Y eso no lo quiero. No. No quiero llegar tarde. 

-Disculpe señorita, ¿se encuentra bien? ¿Necesita ayuda?
-¡Aiba! Si habla usted mi idioma caballero... ¡Madre mía! ¿¡Papá!?? 
-Me parece que esto es suyo. Vigile sus pasos señorita, buenos días.
-¿¡Cómo papá!? ¡¿Cuándo pensabas decirme que trabajabas para los Nazis!?
-Señorita, yo no soy su padre, ¿de verdad se encuentra bien?
-Ya ya. Estabas muy raro últimamente.
-Que no soy su padre.
-Que sí.
-Que no.
-Que sí hombre, no lo niegues más, eres como él, andas como él y hablas como él.
-Me tengo que ir señorita, buenos días, y lo siento por haberla incomodado.
-¡Si hombre! Encima te vas a ir sin darme una explicación. ¡Pues no señor! ¡O me lo dices o les grito que eres un rojo traidor de España que se ha colado vilmente entre sus filas! ¡Que soy capaz!
-Adiós señorita.
-¡Pero será idiota el tío! ¡¡Pues por casa ni te asomes maldito vendido!!.

Hay que ver, una intentando hablar con él y él tan esquivo como siempre. Pues que se joda. Si, que se joda. Así de claro. Ahora si se aparece por casa soy capaz de echarle a escobazos. No sea que, nos venda después de hoy, como se ha vendido él mismo. ¡Ay como me duele el pie! Si es que, como los tacones de las galerías aquellas de Coruña, no los hay en ningún sitio! ¡Lástima de ropa, toda ella dejada atrás! Jo, como extraño aquellos días en Madrid, cuando mi padre era, ¿ministro? ¡Ay, tonta!. Presidente. Sí, era presidente. Esas tardes madrileñas, esos cartones de leche que tanto me gustaban. ¡Estaban muy buenos! A ver María, que te me desvías. Repasa el guión que sino no te cogen. A ver, tengo que maldecir al rey y jurar que nunca me separaré de mis hermanos. Ahora traducir eso al francés, y antes de llegar allí. ¡La hostia!. Me he quedado en blanco....

Justo en el momento en el que María se queda en blanco, un furgón alemán, con la crucecita, el águila, la esvástica y demás pijadas nazis, tira un montón de pasquines en mitad de la calle. Serían pasquines propagandísticos, y en efecto lo eran, pero el que sujetó María en las manos era algo totalmente diferente. Era una invitación para ver el estreno de la película "Deidre des doleurs" el día 25 a las 9 de la noche en el gran cine de París. 

¿Esta película? ¡Pero si ahora mismo tengo la audición! Que, por cierto, voy a llegar muy tarde. ¿Cómo se les ocurre engañarme así? ¡Claro me han visto cara de tonta y de roja al mismo tiempo!. Seguro que han tramado todos semejante engaño. ¡Pues me van a oír!. Espera. 25 de octubre de 1942. ¡Ah! ¡Que susto! ¿Y entonces por qué lo están publicitando ya? Si que son prevenidos estos franceses. Que yo recuerde, en España la publicidad se hacía la semana de antes. Claro, así estaba yo que me perdía todos los estrenos....

María se guardó en uno de los bolsillos de la gabardina el pasquín para enseñárselo a sus jefes cuando llegara. No había terminado de incorporarse del suelo y ve como un hombre con un extraño bolso similar a un zurrón pastoril echa una gran carrera para coger el autobús que estaba a punto de irse. De golpe y porrazo se detiene, cayéndosele del zurrón un extraño libro. El hombre marcha sin percatarse y el libro huérfano queda allí en el asfalto. Tras varios intentos fallidos de llamarle, María recoge el libro con extrañeza, que se verá esta reforzada al comprobar el título y el autor.

"Estado de sitio". Definitivamente este libro podría explicar la situación actual de París. Si, por supuesto que lo haría. Albert Camus. Me suena este hombre aunque no acierto a qué. Se que he visto a algunos señores leerle en los autobuses. Aunque siempre que veo su nombre impreso en un libro es siempre el mismo. ¡Uy! Pero esto es una obra de teatro, de hecho, se parece bastante a los guiones, que por cierto, tenía que estudiarme. ¡No me digas que está ambientada en Cádiz!. ¡Obra tan interesante!. No se me ocurre a mí de donde habrá podido sacarse a Cádiz. Con la de ciudades que hay, válgame el señor....

María nota que una pequeña hoja de papel quiere salirse del libro, y con ayuda de su mano derecha la saca del anverso para leer lo que podría poner tan intrigante pedazo de folio. "Representar, día 27 octubre 48 a las diez horas de la noche, teatro nosequé de París. ¡Madre mia! ¡Esto no es posible! ¿¡Yo figurando como principal en una obra!? Debo de estar soñando, si aún no he rodado la película a la que por cierto, ya no llego a la audición. 

María se queda aún más sorprendida cuando observa en una librería cercana al Paseo del Eliseo, donde se podía leer, o al menos, intuir lo siguiente: "Gran estreno de la última obra teatral de Camus. Entradas ya disponibles. ¡Corran antes de que se agoten! Con la participación de nuestra grande María Casarés". Tal es el asombro de María que por poco se vuelve a precipitar al suelo al contemplar tan majestuoso cartel. 

Definitivamente debo de estar soñando. De ser así, me encanta este sueño. ¡Es todo lo que yo siempre he querido! ¡Guau! Esta impresionante fila me recuerda a algo. Ahora no acierto el qué, pero se que me recuerda a... ¡Las filas de la feria de Coruña! ¡Claro! ¡Tiempos aquellos! Pero no sabía yo que despertara tan grande expectación una chica tan tímida como yo...

-No puedo creermerlo- replica con admiración un joven que se queda boquiabierto al mirar el rostro de María. -¡Es usted!
-Yo, si, claro que soy yo, naturalmente. ¿Que desea joven?
-¡Maria Casarés! ¡Que alegría! ¡¡Dios, no se que hacer!! ¿Puede firmarme un autógrafo?
-¿Mi firma? Pero si a mi no me conoce nadie. ¿Quién es el de la broma?
-¡Eh! ¡Que es ella! ¡Casarés! ¡Es la del estreno de esta noche!
-¿Alguien me puede explicar que diantres está pasando conmigo? ¡Que yo sepa esta noche no tengo ninguna actuación!

Las replicas de María no sirvieron más que para atraer la atención de todos los asistentes, los cuales estaban pletóricos de haber encontrado a quién ellos veían como un ícono del teatro de la época. Todos querían abrazarla, prenderse de ella, preguntarle cosas extrañas sobre un tal Camus, nombre que ella no había oído en su vida, bueno sí, lo leyó hace diez minutos pero eso no cuenta, ¿no? De repente y para desgracia de una sorprendida María, se agolparon cámaras con sus replicantes flashes de bombilla, haciendo fotos que casi la dejan ciega a la pobre, y realizando preguntas un tanto impertinentes, que si ella tuviera conocimiento de a lo que se refieren, se hubiera indignado tanto que a lo peor le habría salido al paso al periodista con malas maneras.

Entre todo ese trajín, y por detrás del cuerpo casi columnario de María, aparecieron dos hombres engalanados montados en un lujoso coche. Estos asieron del brazo de María y le instaron a acompañarles de una manera muy poco cortés para dirigirse hacia una mujer joven.

-¿María Casares verdad?
-¡Oiga señor! ¡No me coja así del brazo que no le conozco de nada!
-¿Es o no es usted María Casares?
-Si, soy yo, pero suélteme. No tiene ningún derecho a agarrar así a una mujer. ¡Solo faltaba!
-Policía Secreta del Estado -responde ásperamente el hombre que se sitúa a su derecha, mientras le enseña una placa en la que se lee claramente las siglas "GESTAPO". -Debe venir con nosotros, es por su seguridad. Si no lo hace por las buenas lo hará en calidad de detenida.
-¿Cómo detenida? ¿Se puede saber que delito he cometido?
-Lo discutiremos después más tranquilos señora. Por favor, entre al coche. No me haga tener que repetírselo. Entre.
-Esta bien, como ustedes quieran, ¡pero suéltenme!

¡Me cago en todo! ¡Joder me han pillado! ¿No tendrá mi padre algo que ver en todo este embrollo? Ni idea. No quiero pensarlo. No pienses María. No pienses. No pienses en nada. Estos señores no tienen nada contra ti. A lo mejor son actores y esto es una broma. Sí. Una broma de estas que hacen los actores a los nuevos. ¡Tonta! ¡Que no te han elegido para tu primera película y ya te crees famosa! Calla. No pienses más que te vas a acabar volviendo loca. Ahora no se que decir. Me han cogido tan de sorpresa que ahora no se que decir. Estoy bien. Si, estoy bien. Estoy tranquila. No tienen nada contra mí. No lo tienen. Ni en broma lo tienen. Aunque mi padre haya hablado, no tienen nada. No pueden condenarme por no haber hecho nada. Aunque sean nazis. Aunque sean de la GESTAPO. ¡Joder! ¡Que nervios! Parece que el coche esta reduciendo la marcha. Tu respira. Por la nariz y por la boca. Despacio. Ya verás como te podrás ir María. Confía. ¡¿QUÉ!? ¿¡Por qué esta parando en el teatro!? ¡¿Qué clase de broma pesada es esta!? Ni pajolera idea. Tu tranquila. Seguro que son actores que han querido ir de listos contigo. Seguro que te han reconocido y te han llevado a la audición. Joder, ¿y que tenía que decir? Con todo esto me he quedado en blanco. Piensa. Piensa María, piensa....

El coche detiene su marcha lentamente, a ritmo tranquilo, cerca del teatro donde María tendría su audición para participar en una película, si, lo que lleva repitiendo desde el comienzo de esta historia. Es un poco raro que la GESTAPO, o los que se suponían que era la Policía Secreta de los Nazis aparcara en el mismo teatro. Por la cabeza de María pasan muchas cosas. Aparte de la delación de su padre, puede que todo estuviera organizado por los Nazis para dar caza a otra fugitiva española hija de un ferviente republicano. Puede que obligaran a su padre a entrar en la comitiva porque así tropezaría con ella y la desconcertaría. Por poder, pueden pasar muchas cosas. María es conducida a la sala 9, ¡que casualidad! Justo en esa sala es donde se iba a presentar a la audición. Allí no se encuentra ningún evaluador, solo señores altos con trajes que denotan elevados puestos en la escala militar Nazi. Uno de ellos, en el centro de la plataforma, se halla de espaldas, cara a las butacas, como no, vacías. 

-Así que al final ya la tenemos. -afirmaba la voz de aquel misterioso hombre que se encontraba de espaldas a María. -Una roja deleznable como tú en un sitio tan lujoso como éste. -contestaba mientras lentamente se daba la vuelta. Al verlo María no pudo contenerse.
-¡Es usted! ¡Usted es el causante de tanto dolor y tanto sufrimiento! ¡Es usted el culpable de que esté aquí y no en mi amada Coruña o en Madrid, o en cualquier otro lugar de España! ¡Es usted, Adolf Hitler! ¿Cómo es que sabe mi idioma?
-Es que "mein Führer" es un hombre muy inteligente. -Contestó otra voz a espaldas de María. -Él también fue artista, como tú, una joven promesa a quien le arrebataron su sueño, y claro, él quería garantizar que se cumpliera el tuyo, y aquí estás. -Al acabar su parlamento, apareció por el lado derecho de María, nada menos que la figura de ¡SU PADRE!
-¿¡CÓMO!? ¡Tú eras mi padre o eso se suponía! ¿Qué haces trabajando para ellos?
-Tu padre -contestó serenamente aquel hombre -ya no está. Yo no soy tu padre. Tu padre murió con la República. Yo solo me parezco a él físicamente, pero nada más lejos.
-¡Tú lo que eres es un ser demoníaco! ¿Te han obligado a hacerlo?
-...
-¡¡Pues yo hubiera preferido la muerte un millón de veces!!
-¿Hubieras preferido Auschwitz? ¿Eso era lo que querías? Lo digo porque tu madre va de camino para allá, y el tren aún no ha partido, si hago una llamada podría esperarte. Pensaba que eras alguien más culto que ella y querías un trato más refinado, por eso abogué ante el Führer para que te trajera a este lugar para zanjar todo esto de una vez por todas.
-¿¿Zanjar el qué papá?? ¿La vida de un ser humano al servicio de alguien tan enfermo como tu "Führer"? -El soldado que se asemeja a su padre le propina a María una fuerte cachetada que la tira al suelo. -¡Respeta! ¡Roja engreída!
-¿Qué crees tu que diría Franco de un comportamiento tan deplorable como el tuyo, jovencita? -contestó Hitler. -¿No crees que se sentiría avergonzado?
-¡A mi me importa una mierda lo que piense un hombre que, creyéndose un enviado de Dios fusiló a muchos de mis amigos y familiares! ¡Todo por no lamerle el culo como unos idiotas! ¡Es repugnante!
-Debería importarle, señorita. ¿Acaso no sabe usted que Franco tiene Campos de Concentración en España. Si la enviáramos allí se pasaría el resto de su vida construyendo vías de tren o haciendo favores personales a sus leales.
-Entre Mein Führer y yo, hemos decidido señorita Casares, hacerle un pequeño homenaje, como usted se merece. -dice el oficial que guarda semejanza con su padre mientras se desenfunda un arma y apunta a la que pareciera ser su hija a la cabeza. -Una muerte bella, una buena muerte, una muerte de actriz, solo que esta -comenta mientras quita el seguro a la pistola -es totalmente real.
-Piense señorita Casares -replica Hitler -que no morirá como demás gente de su calaña. Morirá como usted siempre quiso vivir, actuando, porque su vida, María, fue una gran mentira.
-Si quieren matarme, háganlo rápido, no molestaré, tampoco me quejaré. Lo prometo.
-¡Viva nuestro Reich! ¡Mueran todos los rojos! ¡Heil Hitler! -dice el que pareciera ser su padre antes de dispararle en la frente y cerrarse de golpe los ojos de María, esos ojos verde anfibio que pareciera se hubieran apagado para siempre.

Un momento. María respira. María está respirando. Sí. María no ha muerto. Es extraño, porque la sensación que ella recuerda haber tenido es la sensación que tienen las personas al ser disparadas en la cabeza, aunque no puede asegurarlo con certeza porque a ella nunca le han disparado en la cabeza. Lo que si tiene en la cabeza es dolor, un dolor repiqueteante en la frente, justo en el lugar donde aquel soldado accionó el gatillo y liberó una bala que debiera haberse incrustado en la frente.

Lo primero que hizo María tras tomar conciencia de sí, es abrir los ojos y comprobar que no estuviera maniatada en ningún teatro. Y no lo estaba. Se encontraba en su habitación, somnoliente. Al verlo todo de lleno la luz volvió a cerrar sus ojos, mientras con su mano se tocó la frente para comprobar que, efectivamente, no tenía ninguna bala incrustada en la cabeza. Oye, que podría haber pasado, quién dice que no. Cuando se acostumbran a la luz, sus ojos respiran aliviados al ver su habitación modesta pero muy luminosa. No se encontraba en manos de la GESTAPO, y, desde luego, su padre no era ningún colaborador de los Nazis.

-¡Mamá! ¡Mamá! -grita desesperada. -¡Mamá!
-Ya voy, María, ya voy. ¿Otra vez de malas pulgas?
-¿Estas bien mamá?
-¡Vaya pregunta es esa María! ¡Pues claro!
-Entonces he tenido una pesadilla, es raro porque me parecía demasiado real para tratarse de un sueño. Soñé que me capturaban los Nazis y que te llevaban a ti a Auschwitz.
-¿Qué es eso de Auschwitz hija? Nunca había oído ese nombre.
-Yo sí, mamá. Me lo dijo mi padre, allí llevaban los Nazis a gente que no les cayera en gracia. Por cierto, ¿sabes algo de él? Es que... también formó parte de mi sueño.
-Eso solo tiene una explicación hija. Bueno, dos. La primera es que no puedes obsesionarte tanto con esa dichosa película, porque seguro que te acostaste sin cenar y luego pasa lo que pasa. Y la segunda, es que puede que lo de tu padre te haya trastocado.
-¿Qué pasó con mi padre mamá?
-¿No te lo conté anoche? Han ingresado a tu padre en un sanatorio, parece que las sospechas sobre su enfermedad se han confirmado.

Parece que lo peor se había confirmado. María siempre, desde sus adentros, albergó la esperanza de que su padre no tuviera ese mal llamado tuberculosis. Bien es cierto que, desde antes de emigrar, cuando estaban en Barcelona, su padre ya había lidiado con la enfermedad y se había recuperado. Empieza a suponer que el frío de París le ha empeorado los pulmones. Puede que, su madre si se lo hubiese contado, pero una lágrima de María al oír de nuevo la noticia desgarradora de su madre, le hace entender porqué su padre entró en su sueño de la peor manera posible. Fue un juego que su mente hizo para depurar de ella todo recuerdo sobre la enfermedad de su padre. Verle sano y fuerte, aunque sea colaborando con el enemigo, fue lo que necesitó para olvidarlo y pensar que seguía al pie del cañón, apasionado por su causa, como lo fue siempre. Empieza a recordar. Recordó como se había pasado media noche llorando por su padre y la otra media estudiando el guión hasta que se quedó dormida. De ahí el argumento principal del sueño, que recordaba íntegro, y repetía en su mente como una cinemática, de principio a fin.

-¡Seguro que saldrá de esta mamá! ¡Papá es fuerte!
-No las tiene todas consigo hija. Tiene la moral muy baja desde lo de la guerra, sabes que nadie amaba mas a Galicia que él.
-¡Me da igual! ¡Tiene que sobrevivir!
-Yo ya prefiero no seguir martirizándome. Lo hice una vez y mira para lo que ha servido. Iré hoy a verle, pues todavía permiten visitas.
-¡Iré contigo mamá!
-No digas bobadas. Tu eres muy joven. Si yo me contagio ya he vivido mucho. A ti te queda mucho por vivir y por experimentar. Tienes que hacer la audición, te has preparado mucho para ella y no voy a consentir que tires tu vida por la borda. Verte sobre un escenario es lo que tu padre habría querido siempre. Así que ir a esa audición es cumplir tu última voluntad.
-Anoche soñé que era famosa, que todo el mundo me conocía, pero no necesariamente tiene que tirarse mi vida por la borda o mis sueños por no acudir a una audición.
-Hazme caso, si no vas te arrepentirás toda tu vida. Hazte caso a ti y a ese sueño, que si ha dicho que ibas a ser famosa lo serás, no tengo ninguna duda. Anda a arreglarte o vas a llegar tarde.

Pese a la terquedad de María, a esta no le quedó más que capitular y prepararse para acudir a su cita con los escenarios, no sin antes pedirle a su madre que refiriera a su padre el amor que sentía por él, y sus deseos de que se mejorara pronto. Salió María con pié derecho, caminando decidida hacia su futuro, hacia el estrellato. Recordaba vagamente el sueño, el cual se había ido disipando de su mente como la niebla cuando el día avanza. Entre risas pensó que tenía dotes de artista para inventarse un sueño en su cabeza tan rocambolesco y que a la vez tuviera sentido, algo así como un rococó de una coruñesa por París, algo muy recargado, elegante, pero a la vez sin elegancia, dantesco, e incluso quizá, premonitorio.

No eran los sueños de Machado, era el sueño de María. Una María que al llegar al punto donde empezó a soñar, el Arco del Triunfo, sintió un escalofrío recorrer su espalda con rapidez. Sus tacones rojos empezaron a flaquear con cada paso que daba, y sus ojos a lagrimear cuando vio dos pequeñas compañías de gendarmes y de Nazis cruzarse, y saludarse en el camino. Fue en ese entonces cuando todo el sueño le vino de golpe, todo, desde el principio hasta el final, y fue cuando María decidió no tentar a la suerte y virar buscando un camino alternativo. Tomó la vía de la izquierda paralela al Paseo del Elíseo y se puso a andar, con la viveza y la seguridad de alguien que sabe que muy pronto abandonará el anonimato.

sábado, 5 de marzo de 2016

Fuego a medianoche.

Rugía el infierno con su boca abierta para albergar un alma liberta, como la de Cristo cuando descendió para humillar al mismo Satán. Una cruz convertida en acero, unos clavos que no en las manos sino dentro de aquel acero maldito se clavarían en la piel de una víbora hecha en laboratorio, el Verbo reencarnado, esta vez, para esperanza de todas las mujeres de la tierra.

Era de noche, ¿sabe? De esas noches en las que la tensión y el ambiente congenian de maravilla para generar uno de los primeros calores de la ciudad castiza. Los gatos esperaban el apuntar vertical de la media luna que presidía el cielo, para cubiertos de celo sus ojos salir en busca de inocentes gatitas a las que robarles eso, la inocencia, apareándose contra ellas en un callejón para infestar aún más las calles de gatitos. A la tristemente protagonista de esta historia, mire usted, se le negó el derecho con el que contaban los gatos callejeros, el derecho natural de todo ser vivo, formar una familia, disfrutar de los placeres de yacer con el animal al que quieres, o bueno, en su defecto y en el caso de los gatos, con el animal que te atrae.

Hacía un calor de mil demonios aquella noche de Junio de 1933. El cuartel estaba prácticamente vacío, la verdad es que las noches de verano, por las verbenas, no es que se tuviera mucha actividad, por lo que solo permanecíamos allí los "servicios mínimos" por si a cualquier borracho se le ocurría cruzar la calle sin mirar o a cualquier ladronzuelo acosar a señoritas por la calle. Recuerdo que maldecía mi existencia por estar en ese rancio despacho con papeles a montones, ciertamente desordenado. La verdad es que a Montojo no se le ocurrió a nadie mejor que a mí para que hiciera de "jefe" del turno de noche, aunque yo ni pinchaba ni cortaba...

Daría mi pequeño reloj de bolsillo las doce menos cuarto de la noche, cuando de manera estrepitosa sonó el viejo teléfono central de la comandancia, y, claro, como nadie se dignaba a responder (seríamos cinco o seis en todo el cuartel) tuve que pegarme la carrera de mi vida para poder contestarlo antes de que sonara el cuarto timbre, ya que decían que si pasaba de ahí era mal augurio, no se, supercherías tontas de Guardias Civiles aburridos.

En este caso, no había ni borrachos ni ladronzuelos de barrio como protagonistas, ni siquiera una reyerta nocturna de estas de cristales rotos o cuatro tiros y heridos leves. La noticia, sin duda, era digna de toda mi atención. Unos vecinos estaban al otro lado del teléfono, y me dijeron asustados que habían escuchado disparos en el interior de una vivienda, y que los habían despertado. Les pedí una dirección aproximada y me encaminé con otros dos compañeros al lugar, dejando un pequeño remanente en el cuartel por si las moscas.

Al llegar a la zona los vecinos que llamaron nos recibieron a pie de calle. Allí nos contaron que vieron a la silueta de una mujer en el tercer piso del número nueve, disparar cuatro tiros con un pequeño revolver apuntando hacia un extremo. Sin molestarme en llamar a más patrullas, pues una mujer no iba a suponer mucho esfuerzo, nos dirigimos a aquel piso y tocamos la puerta de manera estridente, supongo que cualquier persona la hubiera abierto de inmediato. Pero no, no funcionó, como si no hubiera nadie en aquella casa y lo que hubieran visto esos vecinos se tratara de una alucinación cualquiera.

Tras desenfundar nuestras armas e identificarnos como agentes de la Ley en repetidas ocasiones y no obtener respuesta ninguna, e intuyendo que algo más grave pudiera haber acontecido, tiramos la puerta abajo, y empezamos a registrar la casa armas en ristre, esperando encontrarnos con una loca de atar que disparara cuando nos viera sin contemplaciones.

Tal fue nuestra sorpresa, que al abrir la puerta de la habitación del final del pasillo, encontramos a una mujer sentada mirando al suelo, con el revolver en su mano derecha, desganada ésta, casi haciendo ademán de tirarlo al suelo, aunque sin desprenderse. En la cama donde la mujer se sentaba, yacía cubierto su tórax de sangre una joven doncella envuelta en sábanas, también cubiertas de sangre. Al acercarme más comprobé, horrorizado, como esa chiquilla era nada menos que Hildegart Rodriguez Carballeira, un prodigio de la inteligencia humana, pues a sus 19 añitos era toda una eminencia del feminismo y el socialismo a nivel internacional. La señora que se encontraba empuñando un arma, ¡era nada menos que su PROPIA MADRE!.

La mujer me miró con resignación, como quien aguarda lo que ya sabe que vendrá, como un niño cuando ve venir la bofetada de su madre. Ante mi nerviosismo le ordené de manera autoritaria que dejara el arma y me enseñara sus manos, a lo que ella, de manera tranquila, obedeció dejando el revolver sobre la mesilla de noche.

-No hace falta que se altere, señor agente, no voy a hacerle nada. Solo habían cuatro balas en ese revolver, porque yo no soy una asesina.
-Eso, señora, tendrá que explicárselo a un Juez. Yo vengo simplemente para arrestarla y leerle sus derechos. -Iba yo a engrilletarla cuando ella me enseñó las manos, por lo cual no fue muy costoso. Con un papel cogí la prueba principal y la envolví con sumo cuidado, mientras pedía a mis hombres que telefoneasen al juez de guardia para que ordenara el levantamiento del cadáver. Cuando salieron en dirección al salón a hacer uso del teléfono, aproveché para intentar comprender como una madre había sido capaz de algo tan atroz.
-Mis derechos ya me los sé, no hace falta que me los lea. Por el abogado, no se preocupe, que no voy a necesitarlo.
-Le repito señora, que aquí yo soy un mandado, no tengo vela en este entierro, nada más que para asegurarme que sea puesta usted a disposición de un juez por lo que ha hecho.
-Y, ¿que he hecho?, si puede saberse claro.
-¿Ha perdido el seso señora? ¡¿Acaso no lo ve con sus propios ojos!? ¡Lo que ha hecho yace en esta cama! ¡Ha matado a su HIJA, por Dios bendito!
-Eso de ahí no era mi hija. Nunca lo fue. Era mi obra, era un instrumento. ¿Y que hace un mecánico cuando su llave inglesa no le sirve? Pues mandarla a fundir. Y eso es lo que acabo de hacer. Ella era mi obra, y se estaba desviando de su único cometido, por lo tanto he rasgado su lienzo y lo he tirado a la basura. Pintores hacen eso todos los días, y no veo que ustedes anden por ahí deteniéndoles.

Sinceramente, para que mentirle. Me quedé sorprendido con la respuesta que dio doña Aurora, quien hasta esa noche se había ganado mi respeto y admiración. ¿Cómo es posible que una madre hable tan fríamente de su hija, a quien acaba de dar muerte como si fuera un ratón que le robara el pan? Su mirada indiferente y sus gestos despreocupados hablaban por sí solos. Hablaba de su hija como una acaudalada mujer habla del abrigo que tiró porque se manchó de vino en una recepción. Era grotesco y repugnante.

-¡¿Cómo puede hablar así de su propia hija!?
-¡Qué va a reprocharme! ¡Usted no tiene derecho, no sabe nada! ¡No sabe lo que es que su propio padre no solo maltrate a su madre, sino que la viole mientras le repite que un día de estos la matará! ¡No sabe lo que es oír los lloros y gritos de una mujer que no puede defenderse! ¡No lo sabe! ¡No sabe lo que es aguantar todo eso y más siendo tan solo una niña, a quien todo el mundo desprecia! Así que limítese a su trabajo señor agente, como yo me limité al mío, y no emita juicios que no sean de su incumbencia.
-¡Nada de eso le da derecho a arrebatarle la vida a su PROPIA HIJA, joder! ¡Habla usted de ella como dirigiéndose a un vulgar objeto!
Es que era un objeto agente! ¡Era mi instrumento para someter a los opresores que maltratan mujeres, y que matan a cientos de ellas! ¡Por eso hice que un capellán me la metiera hasta el fondo! ¡Cuando se vino dentro de mi aquellas tres veces que fui a verle me daban ganas de vomitar! ¡Pero aun así seguí con mi propósito de crear un arma! ¡Un arma contra el machismo y la opresión de la mujer!
-Usted disculpe condesa. ¿Mata a su hija a tiros como a un vil criminal, y aun encima se justifica?
Está mejor así que en un altar vestida de blanco! -Posó la mujer su mano en la entrepierna de su hija yaciente. -Aquí, se encuentra el inicio de una vida gris de opresión. Toda esta fortaleza mental que tardé décadas en perfeccionar, sobre la que invertí mis ganas, juventud, tiempo, esfuerzo, y dinero en volver invencible, ¿se iba a desmoronar por que se le metiera un sindicalista en la cabeza? ¡Sobre mi cadáver!
-Así que usted prefiere acabar con su vida a que ella sea feliz con ese "sindicalista" al que amaba, ¿es eso verdad? Como es solo suya no quiere compartirla con nadie, ¿verdad? Esa, señora, es la misma actitud que ejercen los "machistas opresores" esos a los que tan ardientemente criticaba usted, y en cuya destrucción se empeñó creando este "arma" que destruyó usted mientras soñaba, sin siquiera poderse ella defender de su crueldad.

Me parece esto el mayor delirio de hipocresía de la historia, de una megalómana sin escrúpulos, quién nunca pensó que "su obra" tendría corazón, y podría conocer algún día el amor, el deseo febril de su cuerpo de ser fundido con el de alguien que de verdad la quisiese, y le horrorizaba saber que su pistola se estaba encascillando, por eso la mató con una de verdad. Es usted igual de cobarde, o incluso más, que esos maltratadores que matan a cuchillo a esas mujeres, pues al menos ellos lo hacen cara a cara, otorgando a la mujer el beneficio de su defensa. En cambio usted, la mató durmiendo, desde la distancia, sin ningún tipo de miramiento. Quizá no lo hizo con un cuchillo, por si reconocía alguna chispa de humanidad en su negro corazón que impidiera que acabara con la flor que usted misma parió hace 19 años.
-Ya veo yo, señor agente, que no ha entendido nunca nada. Si iba usted a nuestros mítines, salió de la misma manera que entró, con una cabeza cuyo cerebro es el tamaño de la nuez. Tendría que ser usted hombre.
-¡Cabeza nuez la suya! Ya veo, señora, que con usted es imposible razonar, es más, ¡está usted de camisa de atar! Es usted el ser más despreciable con el que he tenido que lidiar durante más de quince años de servicio, y mire usted que son unos cuantos a quienes he tenido que esposar. ¡Y pensar que la admiraba y le guardaba hasta aprecio!, que ingenuo soy, ahora me doy de cuenta.

Solo espero, que mientras se consume y se pudre en una cárcel por el resto de sus días, piense, aunque sea por un instante, que ha matado el sueño de muchas mujeres que no pueden concebir, y que hubieran dado su vida entera para tener la joya que usted acaba de evaporar. El fin no justifica los medios, y seguro que más allá de la mayoría machista y retrograda masculina, hay hombres a los que su limitada visión no alcanza, de un corazón mucho mejor que el suyo, al menos, con amor fraternal, algo que usted no sabe ni lo que es. ¡Ruiz! ¡Pascual!. ¡Ruiz! ¡Pascual! -Los otros dos agentes llegaron de inmediato desde la puerta de la casa, donde estaban fumándose un cigarro mientras yo acababa un diálogo que me dejó más traspuesto de lo que me encontraba,

-¡Señor!
-Hagan el favor y alejen de mi vista a este engendro del demonio -dije en voz autoritaria mientras señalaba a la señora -Encierrenla en el coche y quédense custodiándola, yo me quedaré a esperar el coche fúnebre, no deben tardar en llegar.
-¡Como ordene, señor!
Ojalá arda en los infiernos por lo que ha hecho! -Dije a la señora mientras los otros dos agentes la conducían a la salida. Ella, mirándome con un gesto burlón replicó -Bueno, ustedes adoran a un Dios que mandó a su propio hijo a la muerte, ¿no? Mi caso es exactamente igual, solo que yo tuve más agallas y deshice yo misma la obra que mi vientre concibió.
-¡Loca! ¡Está loca! ¡Ojalá la encierren en el más mugriento de los manicomios! -Cuando acabé de desearle los siete males del Apocalipsis, ella se empezó a burlar de mí cada vez más fuerte al son que se alejaba hacia la puerta.

El rostro de Aurora Rodriguez no volví a ver nunca más, y a Dios tengo que darle gracias de no volverme a cruzar con su demoníaca silueta. Días mas tarde me enteré por la prensa escrita de que había sido condenada a 26 años de prisión por su despreciable acción, cosa que, en contra de mi costumbre, aplaudí frenético. Era lo justo por arrebatarle la vida a alguien que apenas estaba empezando a vivir. Recientemente conocí de mano de un amigo, que falleció amargada, triste, y sola, en un manicomio en Ciempozuelos, tal y como le predije aquella noche que acabaría. Una psicópata con delirios de grandeza es lo menos que podría merecerse, igualándose incluso ante Dios, desafiando su persona, esa señora era la encarnación del mismísimo Lucifer.

Murió repitiendo el nombre de su hija como una posesa, imagino que, después de tantos años, algo de humanidad despertó en ella, y moriría de un colapso de ver toda su desgraciada vida pasar delante de su memoria, que nunca olvida, nunca perdona la conciencia, y por lo que se ve, a ella todavía le quedaba de eso. Según contó ante el tribunal el día de su enjuiciamiento, llegó hasta tal punto su delirio y su locura que encerró a su hija a cal y canto en aquella casa, mientras urdía de manera ruin una argucia para "deshacer su propia obra", como ella misma llamaba a su hija. La mató ya en vida, antes de apretar el gatillo.

Usted, que se dedica a esto de la psicología, a usted es a quien insto a investigar más en profundidad el caso de esta mujer, y de gente de su calaña, que solo busca su satisfacción personal y el control minuto a minuto de sus seres "queridos" como si cualquier movimiento por parte de éstos supusiera el mayor ataque contra su ego que nadie pudiera imaginar. Porque nunca terminaremos de limpiar este mundo de seres demoníacos, parece, que la maldad se disfraza de bien para que nosotros hagamos oídos sordos, para que callemos, miremos para otro lado, y justifiquemos actos que deben ser del todo condenados. Solo la mente y la razón de un monstruo pueden imaginar que otro ser humano le pertenezca, por muy hijo suyo que este sea.

Le invito a usted, que está leyendo esto, y que seguro que sabe del tema, a que me remita su opinión personal, y, por supuesto, profesional, ante lo que creo, que es la mayor demostración de crueldad de toda la historia, propiciado por una mente enfermiza, desquiciada y sedienta de control autoritario, que ante la negativa de dejar libre a alguien que merecía esa libertad, la eliminó de la ecuación en nombre de la libertad, y de los "nobles" propósitos que predicaba puertas afuera. De la mezquindad no puede salir nada bueno, y de las cadenas no puede salir libertad. Ahora ¿que opina usted?

martes, 23 de febrero de 2016

MEDULIO: La Última Resistencia.

Miramos mucho hacia el presente y poco hacia el pasado, un pasado muchas veces borroso, pues la bruma del olvido y de siglos de obstinada censura perduran sobre él. Muchos saben quienes fueron los celtas, muchos saben que vivieron en Galicia antes de la ocupación romana, pero pocos saben como murieron, pudiendo constituir los héroes primitivos de una nación que no siempre fue sumisa.

¿Quién contará las hazañas de esos hombres y mujeres aventureros que cayeron por defender sus tierras y su estilo de vida de la desaparición? Yo no, ya que palabras me faltarían en el mundo para elogiar tales hazañas. Por ello he rescatado de la videoteca un film, un pequeño cortometraje que hicieron los hijos de los nietos de aquellos que su vida dieron para no ser embebidos por los romanos.




Aquellos, con el corazón encogido y tembloroso el pulso, pues eran conscientes del tamaño de las heroicidades que humildemente trataban de representar, no se cortaron ante las cámaras, e hicieron, considero yo, una muy buena interpretación de lo ocurrido durante el último ocaso de las vidas de estos primeros patriotas.

Insto a todo aquel se ose a cruzar estas lineas, que al ver el video, aparte de pasar un momento agradable, reflexionen, empaticen, se pongan en el lugar de estos buenos hombres, pues ya es hora de que nosotros tomemos su ejemplo y combatamos el mal que nos ocupa, el enemigo silencioso que ahonda en nuestras vidas, y que no viene armado con lanzas y espadas como los romanos, sino con películas, programas de televisión, o filosofías prefabricadas... ¿Habrá cambiado algo la historia? No... solo sus actores, pero todo sigue siendo lo mismo. Antes les tocó a ellos, ahora nos toca a nosotros... ¿Luchas?

miércoles, 10 de febrero de 2016

El paciente Iglesias

Desde que me sucedió el viernes pasado en mi consulta, lo que voy a dejar constatado entre estas líneas, sinceramente estoy consternado, ya que ello va en contra de todas las cosas que mis afanados padres me inculcaron cuando todavía caminaba sobre mis cuatro patas. Estoy tan alterado que no he podido conciliar el sueño con facilidad todos estos días, tan solo de pensar que lo que he contado aquí sea verídico, se me hiela la piel y se me pone tensa y escamosa, como la de una gallina.

Fue tan aterrador lo que sucedió en esta consulta el viernes, que desde las doce y media de aquel día, no he dejado ni un instante de repasar aquella libreta en la que anoté este extraño y peculiar caso, un caso de un hombre que asegura venir de otra época, una persona corriente que asegura haber sido otra completamente distinta...

Se impacientarán por saber quien es esa persona que cruzó el umbral de mi puerta para no salir de ella jamás. Pues bien, he de decirles que por motivos de privacidad no puedo desvelar el nombre del paciente, ya que una cláusula de confidencialidad me lo impide. Lo que si puedo decirles, es que me podrán encontrar ustedes en cualquier parte del centro de Ferrol, cualquier día del año, a cualquier hora, a fin de que ustedes mismos puedan corroborar esta historia, darle la vuelta a sus creencias, y sacar sus propias conclusiones.

Si les pongo una foto de el hombre al que mi paciente aseguraba conocer muy bien, seguro que no les recuerda a nadie más que al abuelo que visitan en la residencia día si día también, y que ya tiene tintes de estar senil. Pero si les digo que esta foto pertenece a nada más y nada menos que al padre del Socialismo en España, la cosa ya cambia, ¿no?. Si además de esto, les digo que se trata de Pablo Iglesias Posse, ya más de uno se me echará a la yugular asegurando que no tengo pruebas de lo que digo, que no lo digo seguro al cien por cien. Bueno, puede que no... Pero puede que los que estén equivocados sean ustedes y no puedan o no quieran reconocerlo, pues en la ignorancia, como dijo aquel actor de "Matrix", se vive mejor, ¿verdad?

Voy a acabar de intrigarles a la vez que les aburro con mi palabrería, pues ya se que en ocasiones puedo parecer cansino, pero debían saber de primera mano el impacto que esta historia puede llegar a causarles, Advertirles que les pondré un fragmento de las casi dos horas de consulta, en el que voy a mezclar las anotaciones de mi libreta (la cual ocupé entera), con fragmentos de los diálogos que sostuve con él, recogidos, con su consentimiento, en un archivo de grabación que no publicaré por motivos de privacidad, ya saben, lo de siempre. Solo me queda despedirme, y recomendarles que no pierdan la cabeza con esta historia, les aseguro que no es empresa fácil. Espero verles en otra ocasión, les dejo con aquella misteriosa consulta:

CONSULTA DEL VIERNES 5 DE FEBRERO, HORA: 10:45.

A mi consulta llega un hombre de mediana edad, con paso lento, mirada lejana, y actitud serena. Entra al despacho de manera poco usual en un hombre de su edad. Va vestido diferente, como de otra época, con un traje de paño grueso, de los que se usaban antiguamente, una boina, y unas botas de aspecto muy humilde. Se sienta, me mira, y veo que su aspecto me resulta familiar. A él también le parezco conocido, eso intuyo por la forma en la que me observa, detenidamente....

GRABACIÓN Nº1

(...)

PACIENTE: Sabe usted, lo que sufre uno cuando tiene algo tan grande dentro, un secreto tan inmenso que no puede uno aguantarlo... Sabe usted, lo que se le pasa a uno por la cabeza cuando ve la coalición obrera que uno fundó, vuelta una sarta de gañanes y alimañas, que no ven el momento en el que no deban de aprovecharse de un pueblo ingenuo, parece, que más ingenuo que el de aquellos tiempos que para la sociedad actual parecen lejanos.
PSICÓLOGO: Vayamos por partes, que me estoy haciendo un lío completo. ¿Quién es usted y porque está diciendo todo esto?.
PACIENTE: Lo que menos importa de esta charla, amigo, es quien soy en esta vida. Lo que más me preocupa es quien soy de verdad, o, como todos se empeñan en decirlo, quien fuí.
PSICÓLOGO: Buen, y, ¿quién fue usted?
PACIENTE: Mi nombre era hasta 1925, aproximadamente, Pablo Iglesias Posse. Fallecí en un piso pequeño en un barrio del extrarradio de Madrid. ¿Sabe lo horrible que es acordarse uno hasta de su propia muerte?
PSICÓLOGO: Lo que usted esta diciendo, es imposible. ¿Cómo puede usted haber fallecido en 1925 y estar ahora hablando conmigo?
PACIENTE:  Creí que usted era el profesional, no yo, un obrero que lo único que ha sabido hacer es luchar por los intereses de los de su clase. No se preocupe, se lo que ha pasado en mi ausencia. Como no mucho después, dos grandes hermanas se pelearon entre sí como Caín y Abel. Un hombre perverso, del que me averguenzo decir que nació a tan solo 800 metros de donde yo vi la luz de mano de mi madre, convirtió a España en un país muy desgraciado, insertando todo aquello contra lo que luché.

Un partido burgués que ya no tiene ni rastro del PSOE que veinte personas formamos en un bar, pero que se hacía llamar de la misma manera. Este partido, siendo peor que el de Sagasta, robó, estafó, y mintió a mas no poder al pueblo que le daba su nombre. Siendo mi cuerpo un viejo cadáver putrefacto del que nadie se acuerda ya, mancillan el nombre que les puse, me avergüenzo de ellos, y de que usen mi nombre y todo en lo que yo creí de tapadera para sus fechorías. Y no se preocupe, también me enteré de la canallada que hicieron los de la UGT en Andalucía. Verguenza...

PSICÓLOGO: No soy capaz de entender lo que le ocurre. Escuche, nunca en mis quince años de carrera había visto nada semejante a su Trastorno de Personalidad. O es más específico, caballero, o me veré obligado a remitirle al Psiquiatra.
PACIENTE: Envíeme donde usted quiera. Se que es difícil para una mente humana tan coartada por todas esas maquinitas a las que llaman teléfonos móviles, televisores, ordenadores, y demás dispositivos. el creer en una persona que afirma venir de algo que ustedes llaman pasado y desprecian porque ya está acontecido. Pero créame, es mucho más difícil estar atrapado en una época que sabe que no es la suya, en un cuerpo que sabe que no es el suyo.
PSICÓLOGO: Verá, yo quiero creerle, pero es que nada de lo que dice me parece verosímil. Si pudiera ponerse en mi lugar y darme datos concretos, sería lo mejor, ya que no tengo manera de saber si lo que dice es cierto.
PACIENTE: ¡Mi ciudad se está muriendo! ¿Qué mas datos necesita? Los astilleros todos los días tienen menos trabajo. Para colmo se construye una planta gasificadora en mitad de la ría ya suficientemente contaminada. Hay un pueblo dormido, pasivo, que no le importa una mierda, con perdón, que se estén quedando sin trabajo y sin pan para llevarse a la boca. Lo que quieren es salir de fiesta, y mantener enagenados con esas máquinas del demonio a las que llaman televisores y ordenadores, donde parece que a la gente la volvieran imbécil, tonta y lerda.

Cuando yo vivía, pese a pasar gran parte de mi vida en Madrid, supe de los movimientos que en mi ciudad natal organizaban los obreros, para logros tan importantes como la jornada de ocho horas, esa que les parece a ustedes tan normal, tan corriente, ¡pues no! Cada paso que el hombre da, tiene consecuencias para sus semejantes. Ha sido así desde la aparición de la industria, cada pro tienes sus contras. Si el pueblo se uniera, como se unieron los pescadores para luchar contra los grandes grupos de conservas de pescado, entonces cambiarían muchas cosas.

PSICÓLOGO: Ahora empiezo a entenderle... Veo en sus ojos que lo que dice es sincero. Pero no hace falta que llore. Aún puede alentar usted a las masas, puede que exista la posibilidad de que le crean.
PACIENTE: ¡Si he tardado cinco minutos en que usted me crea! ¿Se imagina la cantidad de fuerzas que tendría que gastar para convencer a una multitud cada vez más idiotizada?
PSICÓLOGO: Hombre, tiene que entendernos, no escuchamos todos los días casos de reencarnación.
PACIENTE: ¡Mi culpa no es! Parece que, no quieren saber nada de la Iglesia, pero aún siguen manteniendo sus dogmas indiscutiblemente. ¿Quién dijo que antes de ser Paulino, hubiera sido Marx, o quiza Babeuf? ¡Encima de idiotas, son ustedes de mente más cerrada que una ostra en mal estado! ¡Hay que joderse! Parece que no queden en este mundo, gente desinteresada, gente con espíritu común y con un soñar también común. Que rancio se vuelve cada día este mundo, y lo peor, ¡que rancios son ustedes que todavía lo consienten!
PSICÓLOGO: No todo estará perdido...
PACIENTE: Si no se ponen las pilas, conseguirán lo que siempre han soñado estos canallas industriales, ¡tenerles de esclavos! Por favor, un niño ciego se habría dado cuenta ya. Si quiere no salga de Galicia, ¡No salga de Ferrol! Y verá, en uno de los paseos que me he dado por la zona del puerto, que bien parece un escenario de guerra. Tanto que dicen ustedes, sus "medios de comunicación" y sus políticos que son una potencia, que son una autoridad económica, o que estamos saliendo de la crisis...

Pero yo, señor, desde que concibo mi existencia en este tiempo, que bien pudo ser hace cien años la utopía de cualquier burgués medianamente acomodado, nunca he visto esa prosperidad que tanto se afanan en predicar. Como le he dicho antes, no hace falta que salga ni de Ferrol para verlo, y, si no es capaz de concebirlo aquí, no será capaz de verlo aumentado a escala nacional, a escala mundial.
PSICÓLOGO: Si, coincido con usted en que, me encanta esta ciudad, pero a veces da pena ver como muere.
PACIENTE: ¡Muere porque a ustedes les da la gana que muera! ¡Cobayas, eso son! ¡Inútiles y cobardes! Nunca perdí los estribos, pero es que no puedo contener más esta resignación. Ayer, en uno de mis paseos a medio día, por las solitarias calles del centro, vi un cartel dentro de una tienda desocupada que rezaba de la siguiente manera: "El que duerma aquí, puede ser denunciado", ¡no te jode! ¡Ya hasta dormir bajo un techo medianamente cálido es un delito!

¡Hasta donde hemos llegado! No soy capaz de ver unión en esta moribunda ciudad, y mire que lo digo muy a mi pesar, porque es mi ciudad natal, pero no veo unión por ninguna parte. Bueno sí, para celebrar, para salir de festejos y de marcha, para que una adolescente le haga una felación a otro en plena Plaza de España, para eso sí hay unión. Esa plaza es la peor aberración de la historia de esta ciudad. Es un arte tan abstracto el suyo, que lo vería Unamuno y enloquecería.
PSICÓLOGO: ¿Y, según usted, que podemos hacer para acabar con toda esa miseria?
PACIENTE: Verá, cuando estuve encerrado como un perro en aquella fría celda, por haber instigado una huelga, me di cuenta de unas palabras que posteriormente repetiría el Che Guevara: Es mejor morir de pie a vivir arrodillado. Lo que ellos temen, lo que esos burgueses que se sientan tan cómodamente en los sillones de poder temen, es gente que no tenga miedo. Gente que esté dispuesta a morir, a sacrificarse por una humanidad encaminada hacia el progreso común y no hacia el enriquecimiento de unos pocos.
PSICÓLOGO: Me sienta muy mal verle llorar, básicamente porque ahora que medito en ello, tiene usted más razón que todos los santos del Vaticano. Ahora mismo siento impotencia, me pongo en su lugar y puedo llegar a intuir lo que usted ha tenido que padecer. Tiene que ser un martirio.
PACIENTE: Le aseguro, que no puede, por mucho que lo intente... No creo que haya nadie en el mundo que esté en la situación en la que me encuentro, y esto, puedo afirmarlo con seguridad. No creo que la gente haya despertado de su sueño todavía. Les han repetido tantas veces que están en una democracia que han dejado de luchar por sus derechos y permiten que se los pisoteen. Parece que, solo es permisible luchar contra una dictadura a cara descubierta, Pero, las peores dictaduras son las que se esconden tras el telón de la libertad.

La gente hoy en día, es diferente, vive en un mundo de Yupi, vive idealizada. Mire, yo con 17 años, al igual que muchos jóvenes de mi época, vivíamos interesados en saber más, en conocer más, en buscar alternativas, en leer, en formarnos... Deseábamos aprender nuevos idiomas, como yo aprendí el francés, para leer aquellos libros que se encontraban prohibidos. Nos reuníamos en la clandestinidad para compartir nuestros saberes, nos escondíamos, pese a que hacíamos la mas honorable de las tareas, luchar por una sociedad mejor.

Hoy en día, encontramos dos grupos de personas claras. El primero, son aquellos marxistas de salón a los que les importa una mierda la situación actual, pero quieren fingir que lo hacen. Son aquellos que piensan que con militar en un partido que dice ser comunista, leer libros con una caratula roja, acudir a dos manifestaciones en las que incendian unos cuantos cubos o gritan a los antidisturbios, y repetir como un loro las teorías nacionalistas del partido de turno, ya han hecho mucho con su pueblo. Un dogma no se sustituye con otro dogma. Son proletarios, sabe, pero siguen comportándose como niños malcriados capitalistas, a los que, si se les quita una tilde de los libros que leen y que asumen, como la Iglesia a la Biblia, como una verdad absoluta, entonces ya les entra el cólera, le insultan, y se ofenden...

Aunque, si lo piensa, estos al menos se informan un poquito. Los que de verdad me dan pena, son la otra parte. Aquellos que solo se preocupan del momento. Aquellos que viven solo el presente. Que prefieren vivir de fiesta en fiesta, de jovencilla en jovencilla, y de calimocho en calimocho. A estos proyectos de seres humanos les encanta dividirse, y dividir a los demás. No solo no se informan, están contentos viviendo en su ignorancia, en lo que para ellos es la felicidad. No los culpo, pues son lo que el Sistema quiere que sean, pero por culpa del auge de estos comportamientos de mentes tan pequeñas como una nuez, es que esta especie retrocede cada día más. La libertad para ellos era el libertinaje para nosotros, algo que sin duda, nos convertiría en esclavos a merced de los que queríamos combatir. Nuestras aspiraciones, la mia y la de mis colegas, era una sociedad libre del yugo esclavizador, la aspiración de los jóvenes de esta calaña es el dinero, los lujos, y la fama, conseguida a través de entrar en una casa, o directamente desnudos en una isla, para dar rienda suelta sus instintos más primitivos. Cada vez que veo lo poquito que le importa la actualidad a los jóvenes de hoy en día, me entra tal pánico que tengo que correr, huir de toda aquella vida perniciosa, de aquellos recuerdos de imágenes tan horrendas, donde lo que antes veíamos como un imposible, cobra realidad de forma cada vez más latente...

(...)

Evidentemente que el diálogo con este hombre, este increible hombre, fue muchísimo más largo. Hablamos de muchos temas, y con cada frase que pronunciaban sus labios, tan sentida, tan afable, me fui creyendo poco a poco de que, efectivamente, era aquel rostro humilde que hoy preside las fotos de un partido, que lejos, muy lejos está de ser el suyo. Desde que esto aconteció he dado vueltas sobre una teoría que escuché de una persona cercana a mí, y de la cual entonces poco más que risas solté, ¿Y si esta no es la única vida que vivimos? ¿Y si hemos vivido otras vidas? ¿Nos ocurriría lo que a este buen hombre? Desde ese viernes, en mis sueños, regreso al pasado, y compruebo con mis propios ojos como todo lo que decía es verídico...

Cada vez estoy más convencido de que el hombre que vino a visitarme el viernes al medio día, era Pablo Iglesias Posse, en otro cuerpo, con otra edad, pero la misma esencia, la misma alma, y el mismo espíritu luchador. Este viernes quedó de volver para seguir hablando conmigo. Seguiré escuchando lo que tenga que decir, porque sin duda, es importante. Yo creo en lo que este hombre dice, la pregunta es, ¿lo crees tu?